Las mal llamadas "nuevas" tecnologías de la información y la comunicación (TIC) están abriendo, a los jóvenes, campos novedosos de socialización cultural, de tal manera que, desde hace unos años, se intentan redefinir los lenguajes y recursos que se manejan en esta nueva sociedad avanzada y tecnológica.
Hasta hace pocas décadas, muchas de las personas que concluían sus estudios primarios o secundarios rara vez volvían a tomar la pluma, salvo para escribir alguna nota, confeccionar una lista de la compra o mantener correspondencia ocasional con amigos o familiares. El acto de la escritura no estaba a la orden del día y casi nunca se utilizaba la escritura de manera creativa. A pesar de todo ello se tenía en alta estima a aquellas personas que habían salido del analfabetismo para incorporarse al mundo alfabetizado, aunque casi nunca después utilizaran sus competencias lectoescritoras.
Con la aparición de las tecnologías, toda una generación ha puesto sus manos en el teclado para utilizar, de una manera activa, la escritura. Personas que antes jamás hubieran redactado una línea aprenden a manejar un ordenador en las asociaciones vecinales, en los clubes de mayores; son enseñados por sus nietos en los rudimentos de un procesador de textos, o navegan por Internet aprendiendo qué es un hipervínculo y asombrándose de lo grande y maravilloso que es el mundo que los rodea, antes apenas entrevisto en la pantalla de la televisión o, en tiempos más lejanos, en las páginas de las revistas. No cabe duda de que todos estos ciudadanos están accediendo, en una especie de renacer, a su nueva y más funcional alfabetización, a su entrada en el mundo digital.
Jóvenes, ancianos, personas de mediana edad que han decidido no perder el tren de las tecnologías se esfuerzan en asomarse al globo del mundo que hoy tiene la forma de una pantalla digital…, y leen, leen y escriben más texto del que jamás hubieran leído y escrito, de no haber mediado esta tecnología que ha cambiado el mundo.
Como apuntan Daniel Cassany y Cristina Aliaga (2007), en un corto pero clarificador texto: " Es absurdo prohibir a nuestros hijos que lean o escriban con las tecnologías de su época. ¡Que decepción!, si les obligamos a escribir con lápiz, si no pueden hacer su blog, visitar la web o el foro de su grupo preferido. ¡Así leen y escriben hoy ellos! Me parece más inteligente animarles a usar estas tecnologías, pero enseñarles también a hacerlo de manera crítica. Eso es mucho más emocionante. ¡Y mucho más difícil! Nos exige más responsabilidades".
A continuación, os proporcionamos una presentación donde podéis consultar las distintas propuestas de lectura y escritura creativas con TIC.